Capítulo 2.1. – Full Moll Club de Fútbol (El almacén de los recuerdos)
Fútbol a ritmo de Rock&Roll
En la primera temporada del campeonato de fútbol de las ligas municipales del Patronato Deportivo Municipal, irrumpieron equipos que generaban a su alrededor un gran número de aficionados que se acercaban a los campos de fútbol para ver los partidos que enfrentaban a los vecinos pinteños.
Entre ellos había dos equipos que representaban dos maneras de entender la vida. El club Santiago y el Full-Moll club de fútbol. La rivalidad deportiva era equivalente a esos grandes derbis que se jugaban en la primera división del fútbol español. Este derbi pinteño, acogía a cientos de espectadores cada vez que se enfrentaban ambas escuadras deportivas, como se decía en la jerga radiofónica de esos años.
El Full-Moll, era reconocido por su colorida equipación de camiseta con rayas verticales amarillas y negras, pantalones negros y medias horizontales en color amarillo y negro.
Los componentes del equipo eran chavales con una estética inspirada en el rock, con un alto nivel cultural, la mayoría de ellos, pero imbuidos de esa rebeldía propia de los años ochenta.
Jugar bien y no dar nunca un balón por perdido
Les encantaba jugar al fútbol, un escape emocional de un conjunto de jóvenes que competían con todas sus ganas. No daban un balón por perdido, eran jugadores muy aguerridos, de lucha constante, muy efusivos celebrando un gol, una jugada, un balón recuperado… y con una exquisita calidad técnica muchos de ellos.
El equipo no se reunía en el campo de juego, dependiendo del día y la hora del partido era muy frecuente verlos en algún establecimiento pinteño, antes y después del partido. Vivían esos momentos «a tope», frase típica ochentera.
Los aficionados del equipo, la inmensa mayoría amigos de los jugadores, eran chavales cortados por el mismo patrón: ruidosos y escandalosos, pero nobles. Se ha ganado: se celebra. Se ha empatado: se celebra. Se ha perdido: se celebra para olvidar el disgusto.
Ramón Nebreda, Santos el negro, Enrique, el del Flip; Alfonso Asunción, Tete; Fran de la Torre, Pablo el parleño, Ricardo Caíto, Fran León, Andrés, Leandro Gutiérrez, Pedro Andrés López, Manolito Arrevola, Ricardo Ruiz, Ángel [portero], Pedro [portero], Paco el Lato, Yago, Paquito, el Pon; son muchos de aquellos jugadores de esa primera etapa del Full-Moll.
Pero sobre todo destaca la persona que hacía las funciones de delegado-entrenador: Juan Martín Batres. Un señor, en toda la extensión de la palabra.
Posteriormente el equipo se fue rejuveneciendo a medida que algunos iban retirándose de la práctica deportiva. También llegaron a constituir un equipo en la disciplina de fútbol sala y en las categorías inferiores crearon un equipo de fútbol que participó en las competiciones de edad infantil del PDM.
Algunos ya partieron hacia el silencio de la muerte. En su memoria lancemos un estruendoso grito, que libera endorfinas y hace circular la adrenalina por todo el cuerpo: ¡Goooool del Full-Moll!
Maravilloso trabajo Cuchillo,me encanta seguiremos disfrutando de ello, un abrazo grande amigo 👍👍👍
¡Gracias Emilio! Me alegra que os guste.